por falta de disculpas.
Casos ejemplares... personales:
El amigo que prefiere mentir: Estamos hablando de mejores amigos. Con él crecimos juntos, dormimos juntos, y ya de grandes maduramos juntos. Nuestras familias eran amigas también. El mismo colegio... todo eso. Pero fuimos cambiando ambos en lo fundamental: yo era cada vez más católico y él menos. Y a la vez se permitía exabruptos. Uno, dos... tres. La última vez fue en una librería, que me dejó allí solo. Muy nervioso estaba realmente. Pero luego vino a buscarme a casa. Y dijo a sus padres: "estaba nervioso". La verdad es que en mi casa no le atendí, nervioso imposible. Y la última vez que me vió estaba perfectamente tranquilo viéndolo gritar, quizás eso lo exasperó. Es decir: estuve perfectamente tranquilo. Íbamos a encontrarnos con chicas, pero soy pura tranquilidad. En especial en esos casos. Expectativas sí, nervios no, honestamente. Un caballero hace sentir cómodo al entorno, y con eso me basta. Él sí estaba bastante nervioso. Pero yo no... y no estoy mintiendo. Él sí mintió, y mucho. Enrevesó todo, para no disculparse. Con las chicas, sus padres, y aún no se disculpa... un tonto.
Mi Paula: Ella es mi mejor amiga. No nos vemos desde el 2 de Octubre de 2013; dormimos en su casa. Era una hermana para mí. Muchas veces dormimos juntos. Éramos inseparables en una época. Y en esta en particular tenía problemas. Un ex la acosaba, y con más razón me quedaba a dormir. Pero algo de esa violencia le transmitió. Ella misma estaba violenta realmente. Y mediante cartas se lo supe advertir. Esa noche le llevé una. Que me de tiempo... fue una jugada arriesgada. Yo la amaba... amo, a mi amiga. Debía esperar hasta Marzo, en mi cumple exactamente. Pero en Diciembre me mandó una carta insultante por mail. Nunca me había insultado antes. En décadas... ni una vez. Su carta y la mía tienen años luz de distancia. No obstante le escribí luego. Para su cumpleaños número 40... "me lastimaste mucho", fue su respuesta. Enrevesamiento como no he visto. Ser agresivo con alguien, que te cuida además... no disculparte, no saberlo esperar (preparándote adecuadamente), e insultarlo... ¡y culparlo!.
(Años luego le envié
esta carta el otro día.)
Estos casos que parecen extremos, sobre todo el segundo existen en realidad en abundancia. Todos mienten, porque es más fácil mentir que disculparse con honestidad. Prefieren perder a un amigo que disculparse. Porque causa mucha verguenza, yo lo sé. Yo también era así: soberbio, tonto; irreparable. Pero a mí Jesús me reparó, haciéndome humilde. Ahora lo veo todo con claridad, pues verdad es humildad. Desde la humildad entendemos. El ego nos tapa mucho. Nos tapa mucho la visión. Perdemos muchas cosas por culpa del ego. Incluso a nosotros mismos, la personalidad que todos amaban. Quedamos mintiendo, (falsamente) enojados, justificando cosas no reales. Viendo las cosas mal. Las buenas malas, y a las malas por ende viéndolas como buenas. Yo soy un tesoro como amigo, invaluable. Me deben de extrañar... Nunca un no para ellos. Disculparse es algo fundamental. (No te lo pierdas.)
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